Tener una mascota representa el hecho de que la familia se hace más grande. Desde el primer día pasa a ser un miembro más y creamos un vínculo muy especial. En el caso de los niños que se crían junto a sus mascotas, el lazo que los une que ante el fallecimiento de la mascota los pequeños suelen sufrir mucho. Es importante saber cómo canalizar la información para evitarles el mayor dolor posible.
Es importante tener en cuenta y entender lo que ha ocurrido, ya que muchas veces el fallecimiento de la mascota va a ser el primer contacto que el niño tendrá con la muerte.
Lo primero es que si sabemos que el momento se acerca, debemos ir preparando a nuestros pequeños hablándoles sobre el ciclo de la vida y que el paso del tiempo es algo natural e inevitable.
Otro factor a tener en cuenta es que muchos padres suelen mentirle al niño diciéndole cosas como que la mascota se ha ido de viaje. Esto solamente prolongará el dolor del pequeño ya que pasara más tiempo pensando en el tema.
Por último, es sumamente importante ponernos en el nivel del infante y entender que su dolor es auténtico, dándole la importancia que amerita y entendiendo que experimentará fases y cambios de humor ligados a la perdida. Es por ello que debemos permitir que le rinda tributo de la forma que quiera, bien sea preparando un pequeño altar en casa o haciendo una despedida simbólica.
Reemplazar a una mascota fallecida por otra es algo inmediato es algo que los especialistas no recomiendan llevar a cabo. Cada persona, incluyendo los niños, deciden llevar el duelo a su manera y el tiempo dirá cuando estarán preparados nuevamente para recibir a ese nuevo integrante a la familia.