Aunque los conejos quizás estén más tiempo en casa que en la calle como un perro o un gato, no están exentos de pillar alguna que otra enfermedad que lo entristezca y haga que sus orejitas no estén tan contentas como de costumbre.
Debemos tener en cuenta que un conejo doméstico bien cuidado puede durar de seis a ocho años. Por eso, tenemos que hacer todo lo posible por prevenir enfermedades y que sus años de vida sean muy pero que muy felices.
¿Cuáles son los síntomas de las enfermedades comunes en conejos?
Nosotros mismos cuando estamos incubando algún virus, notamos nuestro cuerpo raro. Pues igual les pasa a estos pequeños peludos. Además, resulta muy fácil detectar si hay algún cambio porque deja de tener apetito o empieza a adelgazar.
También puede tener pérdidas de pelo o calvas que para nada tienen relación con la muda. Les afecta en los ojos y se les ponen rojos o llorosos.
Las enfermedades más comunes
Existe una larga lista de enfermedades que pueden afectar a estos pequeños. Si bien, a continuación vamos a nombrar las más sonadas y las que es muy probable que pase nuestra mascota en algún momento de su vida:
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- Sarna: Se produce por parásitos externos que provocan picazón, irritación y heridas en la piel. Su tratamiento no tiene complicación, pero debe ser rápido para evitar que evolucione.
- Diarrea: El aparato digestivo de los conejos es muy sensible. Tanto que está expuesto constantemente a la irrupción de los coliformes y otros parásitos internos. El animal pierde energía y se deshidrata muy pronto, por lo que puede causar una gravedad considerable.
- Mixomatosis: Los síntomas son inflamación de párpados, orejas y mamas y se trata de una patología que puede ser letal. Se contagia por la transmisión del virus cuando algunos insectos como los mosquitos, pican al conejo.
- Tularemia: En este caso el animal deja de comer y hay que realizar prueba de laboratorio. Es una de las enfermedades de origen bacteriano más peligrosas para los conejos.
- Malformación en mandíbulas o dientes: Se trata de una enfermedad hereditaria que se localiza a tiempo por el crecimiento exagerado de los dientes y en consecuencia, el desplazamiento de mandíbula. En este caso es necesario un control periódico.
- Tiña del conejo: Es una enfermedad muy contagiosa. Se percibe por la aparición de un hongo que afecta a la piel del conejo. Así, se ven zonas sin pelo de forma redonda y con costras en especial en la cara.
- Golpes de calor: A pesar de tener un organismo muy saludable, si exponemos a nuestro conejo a temperaturas elevadas puede perder su vida. Esto se debe a que el organismo sufre falta de hidratación y margen para regular su calor temporal.
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Mejor prevenir que curar
Siempre es mejor prevenir. Para ello tenemos que tener en cuenta y seguir a pies juntillas el calendario de vacunación que nos indique el veterinario.
Es esencial también mantener una buena higiene y una alimentación sana y equilibrada. Nuestro pequeño necesita cuidados y mimos. Necesita nuestras revisiones para llegado el caso en el que el más mínimo detalle nos extrañe, actuar.
Y, por supuesto, proporcionarle ejercicio y un buen descanso procurando que esté siempre libre de estrés.