La pérdida de un ser querido, en este caso de tu mascota, es siempre un momento difícil que tenemos que afrontar antes o después en nuestras vidas.
En Cremascota, estamos preparados para hacer este camino más fácil y preparar una despedida digna al animal que te ha acompañado en tu vida. Sabemos que él, -perro, gato o cualquier otra mascota-, ha estado siempre ahí, te ha dado cariño, confianza, ha compartido contigo momentos inolvidables, buenos o malos, te ha consolado cuando más lo necesitabas y te ha brindado calma o diversión a lo largo de tu vida.
Para él, tú has sido fundamental: Has sido su guía y compañero a lo largo de su existencia, por eso es importante estar preparado para asumir la pérdida cuando llega su muerte, cuando desgraciadamente tu mascota fallece.
Estas son las cinco etapas del duelo por las que seguramente tendrás que pasar. Desarrolladas por la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross en su teoría de las 5 etapas del duelo, publicada en el año 1969 en el libro On death and dying».
Esperamos que te sean de ayuda y te sirvan para afrontar una pérdida tan dolorosa:
1 Etapa de la negación
Nunca es fácil, ni podemos estar preparados para la pérdida de un ser querido. Por eso suele ser habitual que en una primera etapa, ya sea de manera implícita o explícita nos neguemos a aceptar que nuestra mascota ha fallecido.
Se trata de un mecanismo de supervivencia normal, para poder afrontar de forma paulatina una situación que es muy dolorosa. Un cambio brusco siempre nos produce más dolor, por eso necesitamos un tiempo para interiorizar qué es lo que ha sucedido.
2 Etapa de la ira
Sabemos que ante la muerte, no podemos hacer nada, fruto de esa impotencia que nace la sensación de frustración que deriva en rabia o ira.
Ahí veces en las que ante esa sensación de impotencia ante la muerte, necesitamos buscar culpables, dar una explicación. Podemos incluso “pagarlo” con aquellos que nos rodean. Aunque lo habitual es que la situación no dure mucho y podamos pasar a la siguiente etapa.
3 Etapa de la negociación
Lo lógico es que esta sea la etapa más breve de todas las que forman parte de la pérdida del ser querido. Lo que intentamos es buscar una explicación ante la situación, fantasear con la manera en qué podría haberse evitado la muerte de la mascota. Lo que intentamos es creer que lo tenemos todo bajo control para que así el dolor sea más llevadero. Supone una abstracción constante, no terminamos de tener los “pies en la tierra”.
4 Etapa de la depresión
Es el “aterrizaje” frente a la muerte. Después de haber intentado comprender la situación y buscar soluciones imposibles ante la muerte, volvemos a la situación presente. Es entonces cuando nos damos cuenta de que nuestra mascota ya no está con nosotros y es por eso que sentimos el vacío que nos deja de su muerte.
Nos sentimos tristes, desamparados, solos… pero no es una depresión en el sentido de enfermedad psiquiátrica, solo una etapa transitoria necesaria en la que sentiremos el dolor de la pérdida de forma irremediable.
5. Etapa de la aceptación
Al fin seremos capaces de aceptar la muerte de nuestra mascota. A partir de aquí tendremos que aprender a seguir sin que ella esté presente en nuestra vida, asumir que ya no está.
Al principio será difícil, nos sentiremos agotados, pero poco a poco seremos capaces de volver a experimentar sentimientos de felicidad e incluso plantearnos volver a tener otro animal en nuestras vidas, no como un sustituto del anterior, sino porque queremos y somos capaces de volver a cuidar y entregar el amor a un animal como se merece.
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