¿Alguna vez te has preguntado qué hacer si tu perro se atraganta, se desvanece o deja de respirar? Tanto en seres humanos como en animales, la reanimación cardiopulmonar o RCP es una maniobra de emergencia que se lleva a cabo en situaciones en las que se ha dejado de respirar o el corazón ha dejado de latir.
La posibilidad de que algo así le pueda ocurrir a nuestra mascota es sin duda una de las hipótesis más horribles para cualquier dueño y ninguno de nosotros querríamos tener que pasar por ella. Sin embargo, en momentos como estos, el conocimiento de información y el paso a la acción pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Es recomendable que todos conozcamos técnicas básicas de RCP que poder usar en casos de emergencia en los que acudir al veterinario no es una opción y, por ello, en este post os dejamos los pasos a seguir para realizar correctamente esta maniobra.
Comprueba el estado de tu perro
Lo primero que debes hacer es observar el estado de tu mascota. Comprueba que no tiene nada en el interior de su boca que le pueda estar obstruyendo la garganta. En caso de que tenga un objeto o alimento, sácalo con cuidado.
Únicamente podemos realizar una maniobra de reanimación cardiopulmonar si nuestro perro no respira ni tiene pulso. Para comprobarlo, fíjate en si su pecho se mueve o si echa aliento por su hocico, también puedes buscar sus pulsaciones a través de las patas.
Colócalo en la posición adecuada
Tumba a tu perro sobre su lado derecho ya que el corazón se encuentra en el lado izquierdo, punto sobre el que tendrás que realizar el masaje cardíaco. Estira su lengua dejándola en el exterior hacia un lado para evitar así un posible atragantamiento.
La zona aproximada donde realizar la maniobra es el punto donde, al flexionar su pata, el codo de tu perro toca su pecho.
Fuente: Universidad Católica de Chile
Lleva a cabo la maniobra
Coge su cabeza llevándola hacia atrás para que el aire pueda entrar sin problema, cierra firmemente su mandíbula con las manos e insufla aire varias veces a través de su nariz hasta notar que su pecho se hincha. Si el pecho no se eleva, comprueba que su mandíbula está bien cerrada y la cabeza alineada y vuelve a realizar la respiración.
- Si tu perro es grande, insufla aire únicamente a través de su nariz. Realiza 5 respiraciones por cada 15 compresiones.
- Si tu perro es pequeño, insufla aire cubriendo a la vez su nariz y boca. Realiza 3 respiraciones por cada 10 compresiones.
Las respiraciones deben ser cortas pero fuertes y las compresiones deben ser firmes y rápidas, algo más de una por segundo. Para saber si estás realizando la respiración artificial correctamente fíjate bien en el pecho de tu perro, cuando exhalas debe elevarse.
Es difícil tomar la decisión de actuar ante estas situaciones de emergencia, pero si no tienes la opción de acudir al veterinario rápidamente, cualquier opción para salvar la vida a tu perro puede ser crucial. Si tras 20 minutos de reanimación el perro no responde, no podremos hacer nada por él.
Recuerda siempre que si has tenido que realizar una maniobra de primeros auxilios a tu perro, debe ser posteriormente revisada urgentemente por el veterinario. También hay que tener en cuenta que nunca debes aplicar una RCP a un perro que no conoces, que tiene un comportamiento extraño o con espuma en el hocico.