Después de muchos años como un miembro más de nuestra familia, la muerte de nuestra mascota es algo que deberemos enfrentar tarde o temprano como parte del ciclo de la vida y, aunque es algo previsible, normalmente nunca estaremos suficientemente preparados emocionalmente para ello, tampoco informados de lo que hay que hacer a nivel legal cuando este momento llega.
Como un integrante más de la familia, perder a una mascota puede suponer un gran trastorno emocional totalmente parecido a cuando perdemos a un ser querido, por ello, es importante estar preparados de forma correcta para este momento psicológicamente y también conocer previamente los trámites legales que debemos efectuar de forma obligatoria como dueños del animal ante las autoridades competentes.

Enfrentar la muerte de un perro o gato a nivel legal:
Lo primero que hay que hacer es informarse sobre las leyes actuales públicas de salubridad e higiene de la localidad en la que se resida, ya que pueden variar. Por ejemplo, según la legislación vigente, en España está prohibido enterrar animales en un lugar no autorizado.
Si el animal fallece en una clínica veterinaria, no habrá necesidad de preocuparnos sobre lo que debemos hacer, ya que será el mismo centro quién realice los trámites necesarios. Sin embargo, cuando la mascota fallece bien sea en casa o en un lugar público, hay que seguir una serie de pasos.
El primero es ponerse en contacto con el Archivo de Identificación de Animales de Compañía de la localidad en la que se encuentre registrado el animal de compañía para comunicar el fallecimiento de nuestra mascota y, así, realizar su baja en el registro de identificación.
Una vez avisada la muerte de la mascota y efectuada la baja del mismo a nivel de sistemas, tendremos que decidir qué vamos a hacer con el. Las opciones no son muy amplias y se reducen a dos: enterrarlo en algun cementerio especializado de mascotas o cremarlo. En el caso de la primera opción, hay que tener en consideración que actualmente en España no existen muchos cementerios de mascotas registrados de forma oficial, también se debe considerar que esto conlleva un gasto.
La segunda opción es la cremación y suele ser lo más sencillo de llevar a cabo, por esta razón es la más demandada cuando perdemos a nuestras mascotas. La misma puede llevarse de forma colectiva (realizada por los organismos competentes del estado), o individual que se lleva a cabo a través de una empresa privada. Es importante marcar el hecho de que en esto último se tendrá que pagar un importe determinado que irá en función y relación de el peso del animal.
Por último, es importante saber y recordar que no es necesario realizar todos estos tramites de forma solitaria, si la hecho ocurre cuando tu centro veterinario de confianza se enecuentra operativo, lo ideal es que no vaciles en llamarles y seguir las indicaciones del veterinario de turno; si por el contrario el fallecimiento se produce durante un fin de semana o en horas no laborables, la recomendación es que te acerques a algún centro con atención 24 horas, donde también te prestarán la ayuda correspondiente para llevar y realizar el procedimiento de la mejor manera posible y con total transparencia.